‘The Last of Us’: el videojuego era mejor

<p class=»ue-c-article__paragraph»>La serie que hay que ver en este momento es de zombis y está basada en un videojuego. Esa frase es el triunfo definitivo de los que fueron (fuimos) <i>frikis </i>y hoy dominamos (dominan) el mundo. El cultural, al menos, aunque puedo imaginar perfectamente a <strong>Trump </strong>y <strong>Vance </strong>jugando online al <i>Call of Duty</i>, disfrazados de militares y con los dedos naranjas de cheetos. Perdón, estoy desbarrando. Volvamos a <strong>’The Last of Us'</strong>.</p>

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 La serie que hay que ver en este momento es de zombis y está basada en un videojuego. Esa frase es el triunfo definitivo de los que fueron (fuimo  

La serie que hay que ver en este momento es de zombis y está basada en un videojuego. Esa frase es el triunfo definitivo de los que fueron (fuimos) frikis y hoy dominamos (dominan) el mundo. El cultural, al menos, aunque puedo imaginar perfectamente a Trump y Vance jugando online al Call of Duty, disfrazados de militares y con los dedos naranjas de cheetos. Perdón, estoy desbarrando. Volvamos a ‘The Last of Us’.

No es, ni mucho menos, la primera adaptación de un videojuego y quizás tampoco la mejor (esa es Arcane, pero la animación hace menos ruido y, en realidad, la trama va por libre). The Last of Us es otra cosa porque arranca con el zumbidito y la nieve en pantalla de HBO y la serie es esencialmente calcada a los dos juegos. Es pura ficción de prestigio, lo que fueron El Señor de los Anillos y Juego de Tronos para la fantasía o el Batman de Christopher Nolan para los tebeos. Es derribar la última barrera del asalto de la cultura popular a la elevada y debe ser celebrado con hidromiel y grog.

Salvo si ya se han puesto el capítulo 2 de la segunda temporada, en cuyo caso no tendrán el cuerpo para fiestas. Si han visto ESO (evitaré spoilers, pero recomiendo a los rezagados que corran o se los comerán más pronto que tarde) y llevan toda la semana intentando digerirlo, imaginen haberlo jugado. Ahí, en la diferencia entre ver un momento traumático con un colacao en el sofá o vivirlo mando en mano tras haber sido Joel y Ellie infinidad de horas, reside la superioridad del videojuego. A ustedes se les pasará, nosotros llevamos la cicatriz. Y me da igual que me miren como a un chiflado, es así.

¿Existe una frase más clasista, más asquerosa, más de bofetada con la mano vuelta, que «no está mal, pero el libro era mejor»? Sales emocionado de ver una peli o el final de una serie y siempre llega el típico gilipollas que, con desdén, te rebaja queriendo poner distancia entre su altura intelectual y la tuya, pobre diablo que necesitas ver imágenes y, a poder ser, algún culo porque eres incapaz de alcanzar el nirvana con las palabras. Vamos, que él es más listo. Paparruchas.

Porque, sorpresa, los frikis también leemos y sabemos que The Leftovers o Mindhunter, por hablar de casos recientes, convierten libros mediocres en obras maestras. O, yendo a los clásicos, que Rudyard Kipling o Philip K. Dick no hubieran soñado que dos obritas de relleno acabarían generando catedrales como El hombre que pudo reinar y Blade Runner.

La superioridad moral de la alta literatura ha muerto. Al fin podemos ser nosotros, los parías de la tienda de comics, los que escondíamos la consola cuando venían chicas, quienes digamos a toda esa panda de esnobs: «No está mal, pero el videojuego era mejor».

¿Quién es el listo ahora?

 Cultura

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