Guardia penitenciario alquilaba su celular por Q200 para que reos extorsionaran desde Renovación 1
Una investigación determinó cómo operaba una estructura de extorsionistas dentro y fuera de la cárcel Renovación 1, en donde fue detenido un guardia penitenciario y se decomisaron dos teléfonos.

Autoridades penitenciarias han dicho en diferentes administraciones que los guardias penitenciarios son vulnerables a ser sobornados por los privados de libertad.(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
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Una investigación de seis meses permitió a las autoridades identificar como un guardia penitenciario, asignado en la cárcel de máxima seguridad Renovación 1, en Escuintla, colaboraba con una estructura criminal que cometía extorsiones.
Según investigadores policiales, el guardia del Sistema Penitenciario prestaba su teléfono celular a un reo para que realizara llamadas extorsivas, a cambio de pagos que podían alcanzar hasta Q1 mil diarios.
“El mínimo que se le da a un guardia por prestar el teléfono son Q200 por una llamada. No importa el tiempo que se tarde; puede ser una o varias llamadas, pero imagínese que lo preste unas cinco veces al día a otros reos; ya son Q1 mil diarios”, explicó el investigador.
Aseguró que mediante “métodos especiales de investigación”, las autoridades lograron determinar que las llamadas extorsivas salían desde ese teléfono y vinculaban al guardia con la estructura criminal.
La red era dirigida por Winder Joel Calderón, alias El Carita, presunto cabecilla de la banda Los Sureños, quien se encuentra recluido en ese penal de máxima seguridad.
Las pesquisas revelaron que mientras el reo coordinaba las amenazas desde el penal, otras 16 personas operaban fuera de prisión cobrando el dinero de las extorsiones. Entre los capturados figura también un agente de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) de la PNC, quien, según las pesquisas, proporcionaba información a los extorsionistas.
El guardia penitenciario, además de prestar el teléfono, habría recibido depósitos bancarios y efectivo para trasladar el dinero a los privados de libertad. Cada coordinación le dejaba una ganancia adicional de hasta Q1 mil, según los investigadores.
La estructura fue desarticulada durante un operativo que incluyó 33 allanamientos en Escuintla, Villa Nueva, Mixco, Chimaltenango, Jutiapa, San Miguel Petapa y zonas 5 y 16 de la capital.
El investigador policial aseguró que este tipo de pesquisas requieren tiempo para poder documentar los delitos patrimoniales, como la extorsión.
“Si no tengo pruebas, no puedo armar un caso sólido. Para poder tipificar el delito a veces es mejor que se den los hechos”, explicó el investigador.
Días después de que se hiciera una requisa en la cárcel Renovación 1 y se decomisaron objetos prohibidos, los reclusos se intentaron amotinar con la complicidad de personas que ingresaron a la visita, quienes aseguraron que estaban secuestrados. Sin embargo, las cámaras captaron que también participaron en ocasionar destrozos en las instalaciones.
Teléfonos prohibidos
Eddy Morales, exdirector del Sistema Penitenciario, indica que ningún guardia penitenciario puede utilizar un teléfono durante su turno y, por ello, tienen asignados casilleros para guardar todas sus pertenencias. Tampoco pueden usar los dispositivos cuando hacen traslados a la Torre de Tribunales ni mientras custodian al reo durante la audiencia. Sin embargo, Morales señala que muchos lo hacen por falta de supervisión.
Sobre cómo los guardias ingresan los teléfonos de forma ilícita, refiere que los esconden dentro de los uniformes y, cuando efectúan las rondas, los tiran a los reos.
“El reo que lo obtiene le comunica al guardia que otros 10 lo necesitan para llamar, no precisamente para extorsionar, sino para comunicarse con su familia. Imagínese: si cobran Q200 por prestarlo, fácilmente son Q2 mil al día, en un rato”, afirmó.
Agregó que cuando trasladan a un reo a la Torre de Tribunales aprovechan para entregarle el dispositivo al privado de libertad.
“Este pide ir al baño y, en ese momento, lo esconde en su cuerpo, en sus partes íntimas. Por eso el guardia cobra Q2 mil o Q3 mil”, afirmó.
Añadió que otra de las modalidades es permitir que la persona que llega a visita también lo ingrese en su cuerpo, con la complicidad de otros guardias que hacen las revisiones.
Homicidios
El director General de la PNC, David custodio Boteo, asegura que desde que las autoridades comenzaron con operativos y requisas en todas las cárceles, los homicidios han disminuido.
“No obstante, los intentos de amotinamiento siguen siendo una amenaza. De hecho, Renovación 1 se encuentra sin visitas debido a un altercado reciente en el que incluso algunas personas externas participaron para intentar dañar las cámaras de seguridad”, afirmó.
Boteo agregó que reforzar la infraestructura y el control en los penales es clave para evitar que continúen las extorsiones desde prisión.
“Cuando se inaugure una cárcel para unos 300 reos bajará bastante la criminalidad”, concluyó.
Una investigación determinó cómo operaba una estructura de extorsionistas dentro y fuera de la cárcel Renovación 1, en donde fue detenido un guardia penitenciario y se decomisaron dos teléfonos.
Guardia penitenciario alquilaba su celular por Q200 para que reos extorsionaran desde Renovación 1
Una investigación determinó cómo operaba una estructura de extorsionistas dentro y fuera de la cárcel Renovación 1, en donde fue detenido un guardia penitenciario y se decomisaron dos teléfonos.

Autoridades penitenciarias han dicho en diferentes administraciones que los guardias penitenciarios son vulnerables a ser sobornados por los privados de libertad.(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Una investigación de seis meses permitió a las autoridades identificar como un guardia penitenciario, asignado en la cárcel de máxima seguridad Renovación 1, en Escuintla, colaboraba con una estructura criminal que cometía extorsiones.
Según investigadores policiales, el guardia del Sistema Penitenciario prestaba su teléfono celular a un reo para que realizara llamadas extorsivas, a cambio de pagos que podían alcanzar hasta Q1 mil diarios.
“El mínimo que se le da a un guardia por prestar el teléfono son Q200 por una llamada. No importa el tiempo que se tarde; puede ser una o varias llamadas, pero imagínese que lo preste unas cinco veces al día a otros reos; ya son Q1 mil diarios”, explicó el investigador.
Aseguró que mediante “métodos especiales de investigación”, las autoridades lograron determinar que las llamadas extorsivas salían desde ese teléfono y vinculaban al guardia con la estructura criminal.
La red era dirigida por Winder Joel Calderón, alias El Carita, presunto cabecilla de la banda Los Sureños, quien se encuentra recluido en ese penal de máxima seguridad.
Las pesquisas revelaron que mientras el reo coordinaba las amenazas desde el penal, otras 16 personas operaban fuera de prisión cobrando el dinero de las extorsiones. Entre los capturados figura también un agente de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) de la PNC, quien, según las pesquisas, proporcionaba información a los extorsionistas.
El guardia penitenciario, además de prestar el teléfono, habría recibido depósitos bancarios y efectivo para trasladar el dinero a los privados de libertad. Cada coordinación le dejaba una ganancia adicional de hasta Q1 mil, según los investigadores.
La estructura fue desarticulada durante un operativo que incluyó 33 allanamientos en Escuintla, Villa Nueva, Mixco, Chimaltenango, Jutiapa, San Miguel Petapa y zonas 5 y 16 de la capital.
El investigador policial aseguró que este tipo de pesquisas requieren tiempo para poder documentar los delitos patrimoniales, como la extorsión.
“Si no tengo pruebas, no puedo armar un caso sólido. Para poder tipificar el delito a veces es mejor que se den los hechos”, explicó el investigador.
Días después de que se hiciera una requisa en la cárcel Renovación 1 y se decomisaron objetos prohibidos, los reclusos se intentaron amotinar con la complicidad de personas que ingresaron a la visita, quienes aseguraron que estaban secuestrados. Sin embargo, las cámaras captaron que también participaron en ocasionar destrozos en las instalaciones.
Teléfonos prohibidos
Eddy Morales, exdirector del Sistema Penitenciario, indica que ningún guardia penitenciario puede utilizar un teléfono durante su turno y, por ello, tienen asignados casilleros para guardar todas sus pertenencias. Tampoco pueden usar los dispositivos cuando hacen traslados a la Torre de Tribunales ni mientras custodian al reo durante la audiencia. Sin embargo, Morales señala que muchos lo hacen por falta de supervisión.
Sobre cómo los guardias ingresan los teléfonos de forma ilícita, refiere que los esconden dentro de los uniformes y, cuando efectúan las rondas, los tiran a los reos.
“El reo que lo obtiene le comunica al guardia que otros 10 lo necesitan para llamar, no precisamente para extorsionar, sino para comunicarse con su familia. Imagínese: si cobran Q200 por prestarlo, fácilmente son Q2 mil al día, en un rato”, afirmó.
Agregó que cuando trasladan a un reo a la Torre de Tribunales aprovechan para entregarle el dispositivo al privado de libertad.
“Este pide ir al baño y, en ese momento, lo esconde en su cuerpo, en sus partes íntimas. Por eso el guardia cobra Q2 mil o Q3 mil”, afirmó.
Añadió que otra de las modalidades es permitir que la persona que llega a visita también lo ingrese en su cuerpo, con la complicidad de otros guardias que hacen las revisiones.
Homicidios
El director General de la PNC, David custodio Boteo, asegura que desde que las autoridades comenzaron con operativos y requisas en todas las cárceles, los homicidios han disminuido.
“No obstante, los intentos de amotinamiento siguen siendo una amenaza. De hecho, Renovación 1 se encuentra sin visitas debido a un altercado reciente en el que incluso algunas personas externas participaron para intentar dañar las cámaras de seguridad”, afirmó.
Boteo agregó que reforzar la infraestructura y el control en los penales es clave para evitar que continúen las extorsiones desde prisión.
“Cuando se inaugure una cárcel para unos 300 reos bajará bastante la criminalidad”, concluyó.
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Prensa Libre | Guatemala