¿Realmente puede Elon Musk crear un tercer partido viable en EE. UU.?

Elon Musk no ha dado más detalles sobre los planes de fundar un nuevo partido en EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

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¿Realmente puede Elon Musk crear un tercer partido viable en EE. UU.?

Crear un nuevo partido político que rivalice con los demócratas y los republicanos es enormemente difícil y costoso.

Elon Musk no ha dado más detalles sobre los planes de fundar un nuevo partido en EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

Elon Musk no ha dado más detalles sobre los planes de fundar un nuevo partido en EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)


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Lanzar un nuevo partido político nacional en Estados Unidos puede ser más difícil que enviar un hombre a Marte.

Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien el año pasado fue el mayor donante político conocido del país, dice ahora que está intentando hacer ambas cosas. Pero mientras que el esfuerzo por alcanzar viajes interplanetarios ha avanzado lentamente durante más de 20 años, las últimas décadas de la política estadounidense están plagadas de intentos abandonados de perturbar el sistema bipartidista.

Queda por ver hasta qué punto Musk se toma en serio el nuevo proyecto político, y si pasará de ser una cavilación en su plataforma de redes sociales a un hecho de la vida real. Aunque el sábado declaró: “Hoy se ha formado el Partido América”, todavía no lo ha registrado en la Comisión de Elecciones Federales.

Como ocurre con muchas de sus proclamaciones con longitud de tuit, los planes de Musk para el nuevo partido son poco claros. Hasta ahora, sus conversaciones privadas al respecto se han quedado en el concepto y no se han enfocado en los detalles de lo que haría falta para llevar los planes a buen puerto, según dos personas informadas de esas conversaciones. Sin embargo, algunos asesores de Musk que también han participado en estas primeras conversaciones parecen más enfocados en esos detalles y están solicitando más información a los expertos, según una de dichas personas.

Los asesores de Musk han indicado en privado que planean utilizar un super-PAC (sigla en inglés de comité de acción política) para organizar el apoyo inicial al nuevo partido antes de que se establezca formalmente, según una de las personas informadas.

Musk ha dicho que el Partido América sería una nueva entidad y tendría como objetivo perturbar el control de los dos partidos principales sobre el gobierno federal.

Si finalmente se cansara de la idea, no sería la primera vez que ofrece una gran declaración en un mensaje de X antes de retractarse o dejar que se marchite para pasar a un nuevo afán. Aun así, algunas ideas que se originaron como aparentes bromas de Musk —como su compra inicial de acciones de Twitter— han acabado en inversiones que cambiaron el mundo.

Las encuestas de opinión pública llevan mucho tiempo mostrando que los estadounidenses están hambrientos de una opción más allá de los dos principales partidos políticos, aunque los candidatos de terceros partidos rara vez han obtenido buenos resultados en las elecciones.

Si Musk realizara una inversión sostenida en su proyecto del Partido América —ya sea en términos monetarios o gastando su capital político—, se enfrentaría a grandes obstáculos. He aquí algunos.

Las normas de cada estado son difíciles de cumplir

Musk se jactó el domingo de que su plan para transformar radicalmente la democracia estadounidense no sería difícil, lo que sugiere que ha dedicado poco tiempo a estudiar las leyes estatales de acceso a las urnas y las leyes federales de financiación de campañas.

Los candidatos al Congreso de un hipotético nuevo partido se enfrentan a un intrincado sistema de requisitos de firmas que varía de un estado a otro. Las leyes más restrictivas se encuentran en Georgia, donde los candidatos fuera de los dos partidos principales deben reunir 27 mil firmas de su distrito. Este obstáculo ha impedido que los candidatos de terceros partidos al Congreso figuren en las papeletas de las elecciones generales desde que se promulgó la ley en 1943, según Richard Winger, editor de Ballot Access News, que ha seguido las leyes electorales desde 1985.

Incluso el nombre de Partido América podría causarle un tropiezo a Musk. El estado de Nueva York, por ejemplo, tiene una ley que prohíbe que la palabra american —o cualquier variante de ella— figure en la boleta como parte del nombre de un partido, según Election Law Blog.

Si Musk decidiera llevar su idea al ámbito nacional, para calificar a una lista de 435 candidatos a la Cámara de Representantes se necesitarían unas tres veces más firmas de petición que para incluir a un candidato presidencial en la boleta electoral de cada estado, y eso podría costar más de 50 millones de dólares solo para recolectar las firmas, dijo Winger.

“Ayer estuve en una llamada de Zoom con gente que hablaba de esto”, dijo Winger en una entrevista el lunes. “Muchos de ellos predijeron que él es el tipo de persona que, cuando descubra lo difícil que es esto, se rendirá”.

Los partidos requieren un compromiso sostenido

Aún no está claro a quién designaría Musk para crear un nuevo partido en su nombre. Algunas personas que son amigas de los asesores republicanos de Musk están preocupadas en privado por las perspectivas profesionales de esos asesores en caso de que se adhieran a un esfuerzo anti-Trump. El presidente Donald Trump ha castigado a los asesores republicanos que se han unido a sus oponentes, o que incluso se han vinculado vagamente con ellos. En los últimos días, la Casa Blanca ha vigilado de cerca a los agentes aliados de Musk, dijo una persona informada de la postura de la Casa Blanca.

Esto podría hacer que Musk dependa, al menos en cierta medida, de los mercenarios que pueblan el mundo de los partidos minoritarios y las campañas electorales, y que pueden estar dispuestos a sufrir daños en su reputación ante los republicanos nacionales si la paga es lo suficientemente grande.

En los últimos días, los agentes electorales ávidos de dinero han estado investigando y desarrollando frenéticamente propuestas con la esperanza de presentarlas ante Musk, según una persona que está haciendo precisamente eso. Algunos de ellos han empezado a dedicar un tiempo desmesurado a analizar sus publicaciones en las redes sociales.

Aparte de partidos menores como los Libertarios y los Verdes, que han tenido éxito a la hora de postularse a las elecciones y, ocasionalmente, de influir en las elecciones generales, los terceros partidos estadounidenses han tenido, por lo general, una vida corta.

El Partido de la Reforma, creado por H. Ross Perot para su campaña presidencial de 1992, se extinguió después de que Jesse Ventura fuera elegido gobernador de Minnesota en sus filas en 1998 y de que Trump declinara postularse a la presidencia en sus filas en 2000.

Perot ganó 19 millones de votos en 1992 con una plataforma populista que en cierto modo fue un precedente del ascenso de Trump. Hasta ahora, Musk no ha defendido ningún programa político real más allá de la reducción del déficit y el enfado contra Trump.

“Él no es Ross Perot”, dijo Ralph Nader, candidato presidencial del Partido Verde en 2000, a quien muchos consideraron el culpable de que el vicepresidente Al Gore, el candidato demócrata, perdiera esas elecciones. “No tiene un programa popular con el que postularse”.

Otro grupo muy discutido, Sin Etiquetas, nunca llegó a postular un candidato en 2024. El Partido Adelante de Andrew Yang se fusionó con algunos terceros partidos estatales, pero no ha tenido un impacto significativo en las elecciones de ningún sitio. Musk y Yang han estado en contacto en los últimos días, según dos personas con conocimiento de las conversaciones.

Y Unite America, un proyecto de la década de 2010 para postular candidatos centristas, dejó de designar candidatos tras las elecciones de 2018 y se enfocó en impulsar cambios en las leyes electorales que facilitaran el éxito de los candidatos independientes y de terceros partidos.

Puede que Musk aún no sepa lo que quiere

En sus redes sociales, Musk ha planteado la idea de celebrar un Congreso del Partido América el próximo agosto en Austin, Texas. Ha sugerido que le interesaría estar “superenfocado en solo 2 o 3 escaños del Senado y de 8 a 10 distritos de la Cámara de Representantes” en las elecciones legislativas de 2026. Y si esos candidatos ganaran, dijo, “se reunirían independientemente”, pero “se mantendrían conversaciones legislativas con ambos partidos”.

El equipo de Musk aún no ha dado muchos pasos operativos para poner en pie el partido, según personas con conocimiento de ellos. En X, ha escuchado los comentarios sobre la iniciativa —incluido el aspecto que debería tener el logotipo del partido— de Grok, el chatbot de inteligencia artificial de su empresa.

Limitar sus ambiciones a un puñado de contiendas podría no encajar con la imagen grandiosa que Musk suele tener de sí mismo, pero podría rentabilizar mejor su inversión.

También podría requerir que Musk dirigiera las acciones de sus candidatos y cargos electos, como un jefe de partido de la vieja escuela. Y para que una iniciativa a tan pequeña escala logre la influencia que él imagina, lo más probable es que dependa de la continuidad de un Congreso dividido por un trecho corto, en el que los legisladores alineados con Musk tuvieran los números para decidir la mayoría.

Dadas las recientes acciones de Musk al derribar grandes segmentos del gobierno federal en nombre de Trump, es difícil imaginar un escenario en el que los demócratas pudieran alinearse con Musk para frustrar al presidente.

Es más fácil trabajar dentro del sistema

Por mucho que hable de crear un nuevo partido desde cero, a Musk puede resultarle más fácil trabajar desde dentro del sistema existente.

Todavía hay muchos republicanos en el Congreso que expresarán en privado su disgusto con Trump, pero muy pocos que hayan estado dispuestos a enfrentarse a él en público. En las últimas semanas, el senador Thom Tillis, por Carolina del Norte, y el representante Don Bacon, por Nebraska, anunciaron que no se postularían a la reelección el próximo año, en parte por su incapacidad para comprometerse totalmente con el programa político de Trump.

Musk se ha comprometido a apoyar al representante Thomas Massie, por Kentucky, un republicano que se enfrenta a un posible desafío en las primarias por parte de un partidario de Trump.

Varios veteranos de partidos menores sugirieron que Musk podría intentar aliarse con un partido existente que ya tenga una línea electoral, como los Libertarios.

Nick Troiano, director ejecutivo de Unite America, propuso que Musk podría rentabilizar mucho mejor su inversión política si persuadiera a los titulares republicanos para que se alinearan con su nuevo esfuerzo en lugar de intentar que se eligieran personas nuevas para el Congreso.

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Que la nueva tripulación de Musk operara como un bloque dentro del Partido Republicano o formara una organización totalmente nueva podría suponer poca diferencia si los miembros del Congreso alineados con Musk se mantuvieran unidos en medio de lo que sin duda sería una embestida implacable de Trump.

“Si lo más difícil es elegir a un tercer partido o a un candidato independiente para el Congreso, la oportunidad que se pasa por alto son las personas que están ahí y que potencialmente desertarían a un nuevo esfuerzo si tuvieran el respaldo para ser reelegidas”, dijo Troiano. “Ahora mismo, las opciones son continuar una existencia miserable en el partido, o retirarse, o intentar algo nuevo”.

 Crear un nuevo partido político que rivalice con los demócratas y los republicanos es enormemente difícil y costoso.  

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Crear un nuevo partido político que rivalice con los demócratas y los republicanos es enormemente difícil y costoso.

Elon Musk no ha dado más detalles sobre los planes de fundar un nuevo partido en EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

Elon Musk no ha dado más detalles sobre los planes de fundar un nuevo partido en EE. UU. (Foto Prensa Libre: EFE)

Lanzar un nuevo partido político nacional en Estados Unidos puede ser más difícil que enviar un hombre a Marte.

Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien el año pasado fue el mayor donante político conocido del país, dice ahora que está intentando hacer ambas cosas. Pero mientras que el esfuerzo por alcanzar viajes interplanetarios ha avanzado lentamente durante más de 20 años, las últimas décadas de la política estadounidense están plagadas de intentos abandonados de perturbar el sistema bipartidista.

Queda por ver hasta qué punto Musk se toma en serio el nuevo proyecto político, y si pasará de ser una cavilación en su plataforma de redes sociales a un hecho de la vida real. Aunque el sábado declaró: “Hoy se ha formado el Partido América”, todavía no lo ha registrado en la Comisión de Elecciones Federales.

Como ocurre con muchas de sus proclamaciones con longitud de tuit, los planes de Musk para el nuevo partido son poco claros. Hasta ahora, sus conversaciones privadas al respecto se han quedado en el concepto y no se han enfocado en los detalles de lo que haría falta para llevar los planes a buen puerto, según dos personas informadas de esas conversaciones. Sin embargo, algunos asesores de Musk que también han participado en estas primeras conversaciones parecen más enfocados en esos detalles y están solicitando más información a los expertos, según una de dichas personas.

Los asesores de Musk han indicado en privado que planean utilizar un super-PAC (sigla en inglés de comité de acción política) para organizar el apoyo inicial al nuevo partido antes de que se establezca formalmente, según una de las personas informadas.

Musk ha dicho que el Partido América sería una nueva entidad y tendría como objetivo perturbar el control de los dos partidos principales sobre el gobierno federal.

Si finalmente se cansara de la idea, no sería la primera vez que ofrece una gran declaración en un mensaje de X antes de retractarse o dejar que se marchite para pasar a un nuevo afán. Aun así, algunas ideas que se originaron como aparentes bromas de Musk —como su compra inicial de acciones de Twitter— han acabado en inversiones que cambiaron el mundo.

Las encuestas de opinión pública llevan mucho tiempo mostrando que los estadounidenses están hambrientos de una opción más allá de los dos principales partidos políticos, aunque los candidatos de terceros partidos rara vez han obtenido buenos resultados en las elecciones.

Si Musk realizara una inversión sostenida en su proyecto del Partido América —ya sea en términos monetarios o gastando su capital político—, se enfrentaría a grandes obstáculos. He aquí algunos.

Las normas de cada estado son difíciles de cumplir

Musk se jactó el domingo de que su plan para transformar radicalmente la democracia estadounidense no sería difícil, lo que sugiere que ha dedicado poco tiempo a estudiar las leyes estatales de acceso a las urnas y las leyes federales de financiación de campañas.

Los candidatos al Congreso de un hipotético nuevo partido se enfrentan a un intrincado sistema de requisitos de firmas que varía de un estado a otro. Las leyes más restrictivas se encuentran en Georgia, donde los candidatos fuera de los dos partidos principales deben reunir 27 mil firmas de su distrito. Este obstáculo ha impedido que los candidatos de terceros partidos al Congreso figuren en las papeletas de las elecciones generales desde que se promulgó la ley en 1943, según Richard Winger, editor de Ballot Access News, que ha seguido las leyes electorales desde 1985.

Incluso el nombre de Partido América podría causarle un tropiezo a Musk. El estado de Nueva York, por ejemplo, tiene una ley que prohíbe que la palabra american —o cualquier variante de ella— figure en la boleta como parte del nombre de un partido, según Election Law Blog.

Si Musk decidiera llevar su idea al ámbito nacional, para calificar a una lista de 435 candidatos a la Cámara de Representantes se necesitarían unas tres veces más firmas de petición que para incluir a un candidato presidencial en la boleta electoral de cada estado, y eso podría costar más de 50 millones de dólares solo para recolectar las firmas, dijo Winger.

“Ayer estuve en una llamada de Zoom con gente que hablaba de esto”, dijo Winger en una entrevista el lunes. “Muchos de ellos predijeron que él es el tipo de persona que, cuando descubra lo difícil que es esto, se rendirá”.

Los partidos requieren un compromiso sostenido

Aún no está claro a quién designaría Musk para crear un nuevo partido en su nombre. Algunas personas que son amigas de los asesores republicanos de Musk están preocupadas en privado por las perspectivas profesionales de esos asesores en caso de que se adhieran a un esfuerzo anti-Trump. El presidente Donald Trump ha castigado a los asesores republicanos que se han unido a sus oponentes, o que incluso se han vinculado vagamente con ellos. En los últimos días, la Casa Blanca ha vigilado de cerca a los agentes aliados de Musk, dijo una persona informada de la postura de la Casa Blanca.

Esto podría hacer que Musk dependa, al menos en cierta medida, de los mercenarios que pueblan el mundo de los partidos minoritarios y las campañas electorales, y que pueden estar dispuestos a sufrir daños en su reputación ante los republicanos nacionales si la paga es lo suficientemente grande.

En los últimos días, los agentes electorales ávidos de dinero han estado investigando y desarrollando frenéticamente propuestas con la esperanza de presentarlas ante Musk, según una persona que está haciendo precisamente eso. Algunos de ellos han empezado a dedicar un tiempo desmesurado a analizar sus publicaciones en las redes sociales.

Aparte de partidos menores como los Libertarios y los Verdes, que han tenido éxito a la hora de postularse a las elecciones y, ocasionalmente, de influir en las elecciones generales, los terceros partidos estadounidenses han tenido, por lo general, una vida corta.

El Partido de la Reforma, creado por H. Ross Perot para su campaña presidencial de 1992, se extinguió después de que Jesse Ventura fuera elegido gobernador de Minnesota en sus filas en 1998 y de que Trump declinara postularse a la presidencia en sus filas en 2000.

Perot ganó 19 millones de votos en 1992 con una plataforma populista que en cierto modo fue un precedente del ascenso de Trump. Hasta ahora, Musk no ha defendido ningún programa político real más allá de la reducción del déficit y el enfado contra Trump.

“Él no es Ross Perot”, dijo Ralph Nader, candidato presidencial del Partido Verde en 2000, a quien muchos consideraron el culpable de que el vicepresidente Al Gore, el candidato demócrata, perdiera esas elecciones. “No tiene un programa popular con el que postularse”.

Otro grupo muy discutido, Sin Etiquetas, nunca llegó a postular un candidato en 2024. El Partido Adelante de Andrew Yang se fusionó con algunos terceros partidos estatales, pero no ha tenido un impacto significativo en las elecciones de ningún sitio. Musk y Yang han estado en contacto en los últimos días, según dos personas con conocimiento de las conversaciones.

Y Unite America, un proyecto de la década de 2010 para postular candidatos centristas, dejó de designar candidatos tras las elecciones de 2018 y se enfocó en impulsar cambios en las leyes electorales que facilitaran el éxito de los candidatos independientes y de terceros partidos.

Puede que Musk aún no sepa lo que quiere

En sus redes sociales, Musk ha planteado la idea de celebrar un Congreso del Partido América el próximo agosto en Austin, Texas. Ha sugerido que le interesaría estar “superenfocado en solo 2 o 3 escaños del Senado y de 8 a 10 distritos de la Cámara de Representantes” en las elecciones legislativas de 2026. Y si esos candidatos ganaran, dijo, “se reunirían independientemente”, pero “se mantendrían conversaciones legislativas con ambos partidos”.

El equipo de Musk aún no ha dado muchos pasos operativos para poner en pie el partido, según personas con conocimiento de ellos. En X, ha escuchado los comentarios sobre la iniciativa —incluido el aspecto que debería tener el logotipo del partido— de Grok, el chatbot de inteligencia artificial de su empresa.

Limitar sus ambiciones a un puñado de contiendas podría no encajar con la imagen grandiosa que Musk suele tener de sí mismo, pero podría rentabilizar mejor su inversión.

También podría requerir que Musk dirigiera las acciones de sus candidatos y cargos electos, como un jefe de partido de la vieja escuela. Y para que una iniciativa a tan pequeña escala logre la influencia que él imagina, lo más probable es que dependa de la continuidad de un Congreso dividido por un trecho corto, en el que los legisladores alineados con Musk tuvieran los números para decidir la mayoría.

Dadas las recientes acciones de Musk al derribar grandes segmentos del gobierno federal en nombre de Trump, es difícil imaginar un escenario en el que los demócratas pudieran alinearse con Musk para frustrar al presidente.

Es más fácil trabajar dentro del sistema

Por mucho que hable de crear un nuevo partido desde cero, a Musk puede resultarle más fácil trabajar desde dentro del sistema existente.

Todavía hay muchos republicanos en el Congreso que expresarán en privado su disgusto con Trump, pero muy pocos que hayan estado dispuestos a enfrentarse a él en público. En las últimas semanas, el senador Thom Tillis, por Carolina del Norte, y el representante Don Bacon, por Nebraska, anunciaron que no se postularían a la reelección el próximo año, en parte por su incapacidad para comprometerse totalmente con el programa político de Trump.

Musk se ha comprometido a apoyar al representante Thomas Massie, por Kentucky, un republicano que se enfrenta a un posible desafío en las primarias por parte de un partidario de Trump.

Varios veteranos de partidos menores sugirieron que Musk podría intentar aliarse con un partido existente que ya tenga una línea electoral, como los Libertarios.

Nick Troiano, director ejecutivo de Unite America, propuso que Musk podría rentabilizar mucho mejor su inversión política si persuadiera a los titulares republicanos para que se alinearan con su nuevo esfuerzo en lugar de intentar que se eligieran personas nuevas para el Congreso.

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Que la nueva tripulación de Musk operara como un bloque dentro del Partido Republicano o formara una organización totalmente nueva podría suponer poca diferencia si los miembros del Congreso alineados con Musk se mantuvieran unidos en medio de lo que sin duda sería una embestida implacable de Trump.

“Si lo más difícil es elegir a un tercer partido o a un candidato independiente para el Congreso, la oportunidad que se pasa por alto son las personas que están ahí y que potencialmente desertarían a un nuevo esfuerzo si tuvieran el respaldo para ser reelegidas”, dijo Troiano. “Ahora mismo, las opciones son continuar una existencia miserable en el partido, o retirarse, o intentar algo nuevo”.

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 Prensa Libre | Internacional

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