Desde robótica en quirófanos hasta posibles vacunas contra el cáncer: cómo la tecnología mejora la salud en el siglo XXI y qué pasa en Guatemala

Un técnico de laboratorio prepara enzimas para la elaboración de una vacuna individualizada contra el cáncer (TG4050) en el laboratorio de biología molecular Transgene, en Illkirch-Graffenstaden, este de Francia, el 27 de agosto de 2025. (Foto Prensa Libre; AFP

Un técnico de laboratorio prepara enzimas para la elaboración de una vacuna individualizada contra el cáncer (TG4050) en el laboratorio de biología molecular Transgene, en Illkirch-Graffenstaden, este de Francia, el 27 de agosto de 2025. (Foto Prensa Libre; AFP

Desde robótica en quirófanos hasta posibles vacunas contra el cáncer: cómo la tecnología mejora la salud en el siglo XXI y qué pasa en Guatemala

31 de agosto de 2025

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La ciencia prosigue su camino hacia nuevos descubrimientos que permitan curar enfermedades de forma más eficiente y atender pacientes en sitios remotos con mejores resultados.

El desarrollo de una prótesis biónica conectada al hueso, los músculos y nervios, fue expuesto por un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés) tras años de investigaciones y pruebas clínicas, para restaurar la movilidad a los pacientes. Falta tiempo para que los componentes de esta prótesis estén listos para comercializarse, pero es un gran logro para la rehabilitación.

Asimismo, el auge de la telemedicina fue evidente durante la pandemia de covid-19, aunque también ocurrió, de forma más discreta, con la cirugía robótica, incluso con operaciones transcontinentales gracias al desarrollo tecnológico de las comunicaciones 5G, la bioingeniería, Inteligencia Artificial (IA), nanotecnología, entre muchas más involucradas en la salud.

Los primeros 25 años del siglo XXI han sido un campo productivo para la biomedicina, principalmente después de descifrarse el genoma humano, un proyecto internacional puesto en marcha en 1990, con el objetivo de secuenciar el ácido desoxirribonucleico (ADN). En el 2000 se publicó el primer borrador de esta investigación y en 2003, se presentaron resultados casi completos, puesto que aun tenían pequeñas lagunas sin secuenciar, hecho que se concluyó hasta el 2022 con la ayuda de nuevas tecnologías informáticas.

El logro de acceder al mapa de las secuencias del ADN permite conocer cómo funciona la genética, las enfermedades y las respuestas inmunitarias. Con el llamado “libro de la vida”, las oportunidades para la detección de afecciones y nuevas terapias y tratamientos médicos.

Entre la ficción y la realidad

La eterna juventud y la longevidad son temas presentes en la ciencia ficción, en tramas de películas como La Sustancia, que protagonizó Demi Moore; también en congresos internacionales y libros como La muerte de la muerte, de José Luis Cordeiro y David Wood, que analizan la posibilidad de la inmortalidad física y que la humanidad alcanzará la opción de morir hacia el 2045, debido a los avances médicos.

La modernidad en medicina ocurre día a día, aunque las investigaciones y descubrimientos no tratan de encontrar la fuente de la juventud, sí se encaminan hacia mejorar las condiciones y la esperanza de vida. En ese camino, grandes compañías tecnológicas están invirtiendo en biotecnología, por ejemplo, Google (Alphabet), desde más de una década fundó California Life Company (Calico), y otros CEOs del sector le han apostado a Retro Biosciences, Unity Biotechnology; Medical Foundation o en Altos Labs.

Está por descubrirse lo que con las investigaciones de estas compañías alcancen en la regeneración celular o reprogramación genética, mientras que incontables esfuerzos de gobiernos, académicos, científicos, farmacéuticas y laboratorios muestran hechos como los que el Foro Económico Global (WEF, en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han destacado por revolucionar el sector de la salud.

El WEF inicialmente da cuenta de grandes innovaciones en el campo médico, tales como el uso de un algoritmo —IA— para mejorar la interpretación de radiografías de tórax para la detección de cáncer de pulmón; la impresión 3D para crear implantes dentales, prótesis a medida e incluso tejidos y órganos.

Las oportunidades que señaló la OMS en el uso de la IA son aumentar la capacidad de los proveedores de mejorar la atención, de realizar diagnósticos más precisos, optimizar los planes de tratamiento y el desarrollo de fármacos y facilitar las respuestas frente a las pandemias. Pero encuentra preocupaciones éticas en cuanto a la equidad y la brecha digital, la protección de datos y la regulación del sector privado —incluyendo las grandes tecnológicas—, que participan en áreas de la salud.

La OMS, en 2021 en el documento Ética y Gobernanza de la IA en el ámbito de la salud, expresó que este campo “evoluciona y cambia deprisa, y se crearán muchas aplicaciones, aún no previstas, mediante inversiones públicas y privadas cada vez más cuantiosas”. Desde aplicaciones y dispositivos electrónicos que vemos como cotidiano por el alcance de los dispositivos y el Internet de las Cosas Médicas (IoTM, en inglés) que ha cambiado la interacción entre médicos y pacientes.

Entre ellos, monitores para enviar en tiempo real datos de la presión arterial, frecuencia cardiaca o la glucosa; también relojes inteligentes, biosensores flexibles y otros dispositivos que almacenan en la nube datos específicos como la actividad física o los niveles de oxigenación, son comercializados por la industria médica y de tecnología.

Los dispositivos de Realidad Virtual y la Realidad Aumentada han evolucionado y se utilizan para apoyo didáctico a estudiantes de medicina, también en cirugías complejas y tratamientos del estrés postraumático, autismo, terapias de reminiscencia para Alzheimer y en la rehabilitación para recuperar movilidad con ejercicios interactivos.

Durante muchos años, científicos han trabajado sin descanso para resolver el tratamiento de enfermedades que se han convertido en un azote para la humanidad. Foto: Prensa Libre. EFE

Sin ser un descubrimiento del Siglo XXI, las terapias génicas y moleculares cobraron auge con la tecnología de edición genética de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciada (CRISPR, en inglés), que recientemente suman varios Premios Nobel en Química y en Medicina; así como diagnostico y tratamientos aprobados para enfermedades entre ellas la anemia falciforme.

Los más recientes fueron en el 2020 para las investigaciones y desarrollo de la modificación del genoma o edición genética (CRISPR-Cas9) y en 2023 por el descubrimiento de la interacción entre el ácido ribonucleico (ARN) y el sistema inmunitario. El WEF describe algunos de los impactos de la edición genética en diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades (cáncer, VIH, covid-19, y afecciones como ceguera); incluso de tratamientos personalizados contra el cáncer.

Pero la edición genética va más allá de la condición humana, puesto que el WEF explica que hay pruebas que llevarían a modificar genes de animales de granja para mejorar su resistencia a enfermedades, por ejemplo, la gripe porcina o introducir una mutación en el ganado para crear una raza de vacas sin cuernos, a fin de eliminar el proceso para extirparlos, que suele ser doloroso para los animales.

Otra área son los cultivos, que mediante CRISPR pueden modificarse en resistencia a plagas y temperaturas extremas, y aumentar el tamaño de los granos y producción de arroz, trigo, maíz y soja.

La realidad en Guatemala

El uso de la IA y la tecnología 3D son actualmente una posibilidad en varias clínicas odontológicas en el país y según sea el tratamiento varía el costo del servicio. Los diseños de implantes y carrillas dentales personalizados que ofrecen calidad y la recuperación más rápida para el paciente. En el área de diagnóstico clínico y cirugía, Carla María González, radióloga y directora médica de Tecnodiagnosis, explica que los avances en el siglo XXI son el uso de la IA, la medicina molecular que permite detectar zonas de metabolismo aumentado que apuntan a alguna patología.

También los ultrasonidos cambiaron y ya se realizan en 3D y 4D, que pueden, por ejemplo, reconstruir el rostro de un bebé durante la gestación; y las tomografías que antes era la axial computarizada, ahora son helicoidales que realizan estudios a mayor velocidad y con reconstrucciones en colores. González agrega que el uso de la telemedicina facilita envío de imágenes con el propósito que las puedan guardar en un archivo digital el médico y el paciente y ya no trasladarlas en forma física de un lado a otro.

Aunque los costos aún son altos por el precio de los equipos, la nueva tecnología permite hacer navegaciones en el árbol bronquial, colón, evaluaciones coronarias que no son invasivas, comenta. En el campo de la genética, Luis Villacorta, CEO de Bioti Laboratorio explica que las pruebas que se realizan pueden ser preventivas o de diagnóstico, es decir enfocadas en medicina de precisión. Se pueden detectar patrones genéticos de enfermedades como Parkinson, esclerosis o autismo, indica Villacorta.

El laboratorio trabaja análisis en oncología, ginecología, cardiología, inmunodeficiencias y otras especialidades médicas. La robótica en los quirófanos es posible desde 2020 en Guatemala. José Sagastume, gerente general de Inversiones Biomédicas (IBiomed) asegura que en Estados Unidos y México las operaciones robóticas son bastante comunes, pero en Guatemala se realizan en varios hospitales privados y ha sido usada en una cirugía que se hizo en el Hospital Regional de Quetzaltenango.

La consola que distribuye IBiomed es de tecnología del fabricante francés, Dex Surgical, que costa de tres componentes: consola, cable y un mango de control para la pinza, indica al referir que el brazo del robot realiza los movimientos que dirige el médico, con la facilidad de poder operar desde una posición ergonómica.

Los precios de la tecnología que ofrece el robot Da Vinci oscilan entre US$2 millones a US$5 millones, lo que eleva el costo de una cirugía con ese equipo. Sagastume confía en la llegada de un robot con esa tecnología a Guatemala en un plazo de tres años.

La compañía promueve la democratización de la tecnología para que sea accesible a todos, dice Sagastume al referir que ofrecen capacitaciones a médicos, estudiantes de medicina, además tienen la disponibilidad de prestar el equipo para realizar cirugías a pacientes de escasos recursos. “El costo de la tecnología es alto, es similar a la adquisición que realizamos de un equipo de cómputo, cada vez son más avanzados y su precio se incrementa”, explica la radióloga.

Las amenazas a los sistemas de salud a nivel mundial requieren respuestas integrales para lograr el acceso a la atención y medicamentos; la disponibilidad de alimentos y de servicios de agua y saneamiento, e impulsar las acciones para mitigar los efectos del cambio climático y por los conflictos y tensiones geopolíticas, según la OMS y la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Tedros Adhanom, director de la organización en la publicación Una agenda mundial de salud para 2025-2028, resaltó que faltan solo cinco años para 2030, y el reloj no se detiene, en referencia al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) vinculados a la salud. Al inicio del siglo XXI la ONU alcanzó un compromiso con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con plazos para 2015, momento en el que se adoptaron los ODS con 17 grandes metas para 2030.

Salud y Bienestar, es el tercer ODS, y aborda metas de reducir las tasas de muerte materno-infantil; prevenir las infecciones y muertes por VIH, tuberculosis, malaria y hepatitis, así como las que se transmiten por el agua contaminada.

Las grandes empresas tecnológicas se empeñan en encontrar soluciones a diversos problemas que aquejan al mundo, entre ellos la salud. Foto: Prensa Libre EFE

En relación a la salud en los ODS incluyen el combate a la desnutrición; agua limpia y saneamiento; la acción climática, el cuidado de los océanos y la biodiversidad en la Tierra. Aunque todos están vinculados desde mejoras en la educación, reducir la la pobreza y desigualdad, hasta lograr consumo y producción responsable, promueven el desarrollo sostenible y con equidad.

La ONU reconoció en el informe de 2024 que los progresos para lograr los ODS, principalmente en países en desarrollo, por los efectos persistentes del covid-19, el caos climático y la situación económica que limita atender las acciones para alcanzar las metas. Los recursos destinados a los sistemas salud en América Latina son insuficientes y muestran brechas que podrían acortarse si se aprovecha la IA, según el Banco Mundial (BM), que pone el caso de la desnutrición crónica y retraso del crecimiento en niños menores de cinco años como muestra del déficit y la desigualdad existentes.

En la región, el bajo nivel de acceso a internet en los hogares y el uso de “papel y lápiz” en hospitales y centros de salud para llevar los registros médicos “complica la integración de soluciones digitales”, y que más personas puedan “acceder a un sistema de salud efectivo, digno y de calidad”.

La Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) presentó datos del sistema de salud en 2021, que según explican, muestran el bajo nivel de inversión y pobre calidad del gasto en ese rubro. También menciona que las familias financian con sus recursos y de forma directa sus gastos en salud, situación que afecta a casi 10 millones de personas (2016) que están fuera de la cobertura del seguro social, las fuerzas armadas y quienes no requieren asistencia médica.

Los costos que se acumulan en “gastos de bolsillo” son una parte del tratamiento institucional, compras de medicamentos y apoyos como medidores, muletas o sillas de ruedas. La porción de gastos de bolsillo en salud que cubre la población está entre las más altas, y se da ya sea por falta de cobertura del sector público, seguridad social o porque se carece de recursos para adquirir un seguro privado, indica Maynor Cabrera, analista económico independiente.

Para 2021, el alcance de la cobertura a nivel nacional en tercer nivel era de 45 hospitales, más cinco destinados a covid-9; en segundo nivel de atención, 331 centros de salud, 91 Centros de Atención Permanente (CAP) y 10 Centros de Atención Integral Materno-Infantil (Caimi). Mientras que, en el primer nivel, 1 mil 260 puestos de salud y 2 mil 323 centros de convergencia, según el informe de Fundesa.

De acuerdo con cifras de 2024 del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, la cantidad fue 48 hospitales; 2 mil 900 centros comunitarios; 1 mil 472 puestos de salud; 187 centros de salud; 182 CAP; 11 Caimi; 2 clínicas periféricas y 2 centros de atención y establecimientos de salud, además de otras 36 unidades para atención materna, nutricional y respiratoria.

“Hay algunos hogares que pueden acceder a los servicios privados de salud, pero no es asequible para todos”, dice Cabrera al advertir que con el potencial de la tecnología se abren oportunidades para ampliar la cobertura del sistema público y los privados.

Una vacuna contra el cáncer

Es una apuesta a largo plazo, pero que empieza a dar motivos de esperanza. Las vacunas terapéuticas para curar el cáncer están en pleno desarrollo y una empresa francesa implicada en esta carrera confía en llegar a buen puerto. En los laboratorios de Estrasburgo de Transgene, los virus no tienen mala prensa, más bien al contrario. Los investigadores de esta firma de inmunoterapia los cuidan y desarrollan para que ataquen las células tumorales.

Su estrategia es transformar estos virus para producir antígenos tumorales que permitirían al sistema inmunitario activarse y producir la respuesta adecuada en pacientes de cáncer o bien en aquellos que se arriesguen a una recaída. Los vectores virales utilizados por Transgene son de una familia de la viruela de la vaca.

Se trata de alguna forma de un retorno a los orígenes: fue usando este virus que el médico británico británico Edward Jenner realizó la primera vacuna contra la viruela a finales del siglo XVIII. “Sabemos cómo modificarlo muy fácilmente y producirlo a una gran escala”, explica Johann Foloppe, investigador de la farmacéutica.

 La ciencia prosigue su camino hacia nuevos descubrimientos que permitan curar enfermedades de forma más eficiente y atender pacientes en sitios remotos con mejores resultados.  

Un técnico de laboratorio prepara enzimas para la elaboración de una vacuna individualizada contra el cáncer (TG4050) en el laboratorio de biología molecular Transgene, en Illkirch-Graffenstaden, este de Francia, el 27 de agosto de 2025. (Foto Prensa Libre; AFP

La salud encuentra un aliado en la tecnología en el siglo XXI para mejorar la vida de los habitantes del mundo

31 de agosto de 2025

Lorena Álvarez, especial para Prensa Libre

La ciencia prosigue su camino hacia nuevos descubrimientos que permitan curar enfermedades de forma más eficiente y atender pacientes en sitios remotos con mejores resultados.

El desarrollo de una prótesis biónica conectada al hueso, los músculos y nervios, fue expuesto por un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés) tras años de investigaciones y pruebas clínicas, para restaurar la movilidad a los pacientes. Falta tiempo para que los componentes de esta prótesis estén listos para comercializarse, pero es un gran logro para la rehabilitación.

Asimismo, el auge de la telemedicina fue evidente durante la pandemia de covid-19, aunque también ocurrió, de forma más discreta, con la cirugía robótica, incluso con operaciones transcontinentales gracias al desarrollo tecnológico de las comunicaciones 5G, la bioingeniería, Inteligencia Artificial (IA), nanotecnología, entre muchas más involucradas en la salud.

Los primeros 25 años del siglo XXI han sido un campo productivo para la biomedicina, principalmente después de descifrarse el genoma humano, un proyecto internacional puesto en marcha en 1990, con el objetivo de secuenciar el ácido desoxirribonucleico (ADN). En el 2000 se publicó el primer borrador de esta investigación y en 2003, se presentaron resultados casi completos, puesto que aun tenían pequeñas lagunas sin secuenciar, hecho que se concluyó hasta el 2022 con la ayuda de nuevas tecnologías informáticas.

El logro de acceder al mapa de las secuencias del ADN permite conocer cómo funciona la genética, las enfermedades y las respuestas inmunitarias. Con el llamado “libro de la vida”, las oportunidades para la detección de afecciones y nuevas terapias y tratamientos médicos.

Entre la ficción y la realidad

La eterna juventud y la longevidad son temas presentes en la ciencia ficción, en tramas de películas como La Sustancia, que protagonizó Demi Moore; también en congresos internacionales y libros como La muerte de la muerte, de José Luis Cordeiro y David Wood, que analizan la posibilidad de la inmortalidad física y que la humanidad alcanzará la opción de morir hacia el 2045, debido a los avances médicos.

La modernidad en medicina ocurre día a día, aunque las investigaciones y descubrimientos no tratan de encontrar la fuente de la juventud, sí se encaminan hacia mejorar las condiciones y la esperanza de vida. En ese camino, grandes compañías tecnológicas están invirtiendo en biotecnología, por ejemplo, Google (Alphabet), desde más de una década fundó California Life Company (Calico), y otros CEOs del sector le han apostado a Retro Biosciences, Unity Biotechnology; Medical Foundation o en Altos Labs.

Está por descubrirse lo que con las investigaciones de estas compañías alcancen en la regeneración celular o reprogramación genética, mientras que incontables esfuerzos de gobiernos, académicos, científicos, farmacéuticas y laboratorios muestran hechos como los que el Foro Económico Global (WEF, en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han destacado por revolucionar el sector de la salud.

El WEF inicialmente da cuenta de grandes innovaciones en el campo médico, tales como el uso de un algoritmo —IA— para mejorar la interpretación de radiografías de tórax para la detección de cáncer de pulmón; la impresión 3D para crear implantes dentales, prótesis a medida e incluso tejidos y órganos.

Las oportunidades que señaló la OMS en el uso de la IA son aumentar la capacidad de los proveedores de mejorar la atención, de realizar diagnósticos más precisos, optimizar los planes de tratamiento y el desarrollo de fármacos y facilitar las respuestas frente a las pandemias. Pero encuentra preocupaciones éticas en cuanto a la equidad y la brecha digital, la protección de datos y la regulación del sector privado —incluyendo las grandes tecnológicas—, que participan en áreas de la salud.

La OMS, en 2021 en el documento Ética y Gobernanza de la IA en el ámbito de la salud, expresó que este campo “evoluciona y cambia deprisa, y se crearán muchas aplicaciones, aún no previstas, mediante inversiones públicas y privadas cada vez más cuantiosas”. Desde aplicaciones y dispositivos electrónicos que vemos como cotidiano por el alcance de los dispositivos y el Internet de las Cosas Médicas (IoTM, en inglés) que ha cambiado la interacción entre médicos y pacientes.

Entre ellos, monitores para enviar en tiempo real datos de la presión arterial, frecuencia cardiaca o la glucosa; también relojes inteligentes, biosensores flexibles y otros dispositivos que almacenan en la nube datos específicos como la actividad física o los niveles de oxigenación, son comercializados por la industria médica y de tecnología.

Los dispositivos de Realidad Virtual y la Realidad Aumentada han evolucionado y se utilizan para apoyo didáctico a estudiantes de medicina, también en cirugías complejas y tratamientos del estrés postraumático, autismo, terapias de reminiscencia para Alzheimer y en la rehabilitación para recuperar movilidad con ejercicios interactivos.

Durante muchos años, científicos han trabajado sin descanso para resolver el tratamiento de enfermedades que se han convertido en un azote para la humanidad. Foto: Prensa Libre. EFE

Sin ser un descubrimiento del Siglo XXI, las terapias génicas y moleculares cobraron auge con la tecnología de edición genética de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciada (CRISPR, en inglés), que recientemente suman varios Premios Nobel en Química y en Medicina; así como diagnostico y tratamientos aprobados para enfermedades entre ellas la anemia falciforme.

Los más recientes fueron en el 2020 para las investigaciones y desarrollo de la modificación del genoma o edición genética (CRISPR-Cas9) y en 2023 por el descubrimiento de la interacción entre el ácido ribonucleico (ARN) y el sistema inmunitario. El WEF describe algunos de los impactos de la edición genética en diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades (cáncer, VIH, covid-19, y afecciones como ceguera); incluso de tratamientos personalizados contra el cáncer.

Pero la edición genética va más allá de la condición humana, puesto que el WEF explica que hay pruebas que llevarían a modificar genes de animales de granja para mejorar su resistencia a enfermedades, por ejemplo, la gripe porcina o introducir una mutación en el ganado para crear una raza de vacas sin cuernos, a fin de eliminar el proceso para extirparlos, que suele ser doloroso para los animales.

Otra área son los cultivos, que mediante CRISPR pueden modificarse en resistencia a plagas y temperaturas extremas, y aumentar el tamaño de los granos y producción de arroz, trigo, maíz y soja.

La realidad en Guatemala

El uso de la IA y la tecnología 3D son actualmente una posibilidad en varias clínicas odontológicas en el país y según sea el tratamiento varía el costo del servicio. Los diseños de implantes y carrillas dentales personalizados que ofrecen calidad y la recuperación más rápida para el paciente. En el área de diagnóstico clínico y cirugía, Carla María González, radióloga y directora médica de Tecnodiagnosis, explica que los avances en el siglo XXI son el uso de la IA, la medicina molecular que permite detectar zonas de metabolismo aumentado que apuntan a alguna patología.

También los ultrasonidos cambiaron y ya se realizan en 3D y 4D, que pueden, por ejemplo, reconstruir el rostro de un bebé durante la gestación; y las tomografías que antes era la axial computarizada, ahora son helicoidales que realizan estudios a mayor velocidad y con reconstrucciones en colores. González agrega que el uso de la telemedicina facilita envío de imágenes con el propósito que las puedan guardar en un archivo digital el médico y el paciente y ya no trasladarlas en forma física de un lado a otro.

Aunque los costos aún son altos por el precio de los equipos, la nueva tecnología permite hacer navegaciones en el árbol bronquial, colón, evaluaciones coronarias que no son invasivas, comenta. En el campo de la genética, Luis Villacorta, CEO de Bioti Laboratorio explica que las pruebas que se realizan pueden ser preventivas o de diagnóstico, es decir enfocadas en medicina de precisión. Se pueden detectar patrones genéticos de enfermedades como Parkinson, esclerosis o autismo, indica Villacorta.

El laboratorio trabaja análisis en oncología, ginecología, cardiología, inmunodeficiencias y otras especialidades médicas. La robótica en los quirófanos es posible desde 2020 en Guatemala. José Sagastume, gerente general de Inversiones Biomédicas (IBiomed) asegura que en Estados Unidos y México las operaciones robóticas son bastante comunes, pero en Guatemala se realizan en varios hospitales privados y ha sido usada en una cirugía que se hizo en el Hospital Regional de Quetzaltenango.

La consola que distribuye IBiomed es de tecnología del fabricante francés, Dex Surgical, que costa de tres componentes: consola, cable y un mango de control para la pinza, indica al referir que el brazo del robot realiza los movimientos que dirige el médico, con la facilidad de poder operar desde una posición ergonómica.

Los precios de la tecnología que ofrece el robot Da Vinci oscilan entre US$2 millones a US$5 millones, lo que eleva el costo de una cirugía con ese equipo. Sagastume confía en la llegada de un robot con esa tecnología a Guatemala en un plazo de tres años.

La compañía promueve la democratización de la tecnología para que sea accesible a todos, dice Sagastume al referir que ofrecen capacitaciones a médicos, estudiantes de medicina, además tienen la disponibilidad de prestar el equipo para realizar cirugías a pacientes de escasos recursos. “El costo de la tecnología es alto, es similar a la adquisición que realizamos de un equipo de cómputo, cada vez son más avanzados y su precio se incrementa”, explica la radióloga.

Las amenazas a los sistemas de salud a nivel mundial requieren respuestas integrales para lograr el acceso a la atención y medicamentos; la disponibilidad de alimentos y de servicios de agua y saneamiento, e impulsar las acciones para mitigar los efectos del cambio climático y por los conflictos y tensiones geopolíticas, según la OMS y la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Tedros Adhanom, director de la organización en la publicación Una agenda mundial de salud para 2025-2028, resaltó que faltan solo cinco años para 2030, y el reloj no se detiene, en referencia al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) vinculados a la salud. Al inicio del siglo XXI la ONU alcanzó un compromiso con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con plazos para 2015, momento en el que se adoptaron los ODS con 17 grandes metas para 2030.

Salud y Bienestar, es el tercer ODS, y aborda metas de reducir las tasas de muerte materno-infantil; prevenir las infecciones y muertes por VIH, tuberculosis, malaria y hepatitis, así como las que se transmiten por el agua contaminada.

Las grandes empresas tecnológicas se empeñan en encontrar soluciones a diversos problemas que aquejan al mundo, entre ellos la salud. Foto: Prensa Libre EFE

En relación a la salud en los ODS incluyen el combate a la desnutrición; agua limpia y saneamiento; la acción climática, el cuidado de los océanos y la biodiversidad en la Tierra. Aunque todos están vinculados desde mejoras en la educación, reducir la la pobreza y desigualdad, hasta lograr consumo y producción responsable, promueven el desarrollo sostenible y con equidad.

La ONU reconoció en el informe de 2024 que los progresos para lograr los ODS, principalmente en países en desarrollo, por los efectos persistentes del covid-19, el caos climático y la situación económica que limita atender las acciones para alcanzar las metas. Los recursos destinados a los sistemas salud en América Latina son insuficientes y muestran brechas que podrían acortarse si se aprovecha la IA, según el Banco Mundial (BM), que pone el caso de la desnutrición crónica y retraso del crecimiento en niños menores de cinco años como muestra del déficit y la desigualdad existentes.

En la región, el bajo nivel de acceso a internet en los hogares y el uso de “papel y lápiz” en hospitales y centros de salud para llevar los registros médicos “complica la integración de soluciones digitales”, y que más personas puedan “acceder a un sistema de salud efectivo, digno y de calidad”.

La Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) presentó datos del sistema de salud en 2021, que según explican, muestran el bajo nivel de inversión y pobre calidad del gasto en ese rubro. También menciona que las familias financian con sus recursos y de forma directa sus gastos en salud, situación que afecta a casi 10 millones de personas (2016) que están fuera de la cobertura del seguro social, las fuerzas armadas y quienes no requieren asistencia médica.

Los costos que se acumulan en “gastos de bolsillo” son una parte del tratamiento institucional, compras de medicamentos y apoyos como medidores, muletas o sillas de ruedas. La porción de gastos de bolsillo en salud que cubre la población está entre las más altas, y se da ya sea por falta de cobertura del sector público, seguridad social o porque se carece de recursos para adquirir un seguro privado, indica Maynor Cabrera, analista económico independiente.

Para 2021, el alcance de la cobertura a nivel nacional en tercer nivel era de 45 hospitales, más cinco destinados a covid-9; en segundo nivel de atención, 331 centros de salud, 91 Centros de Atención Permanente (CAP) y 10 Centros de Atención Integral Materno-Infantil (Caimi). Mientras que, en el primer nivel, 1 mil 260 puestos de salud y 2 mil 323 centros de convergencia, según el informe de Fundesa.

De acuerdo con cifras de 2024 del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, la cantidad fue 48 hospitales; 2 mil 900 centros comunitarios; 1 mil 472 puestos de salud; 187 centros de salud; 182 CAP; 11 Caimi; 2 clínicas periféricas y 2 centros de atención y establecimientos de salud, además de otras 36 unidades para atención materna, nutricional y respiratoria.

“Hay algunos hogares que pueden acceder a los servicios privados de salud, pero no es asequible para todos”, dice Cabrera al advertir que con el potencial de la tecnología se abren oportunidades para ampliar la cobertura del sistema público y los privados.

Una vacuna contra el cáncer

Es una apuesta a largo plazo, pero que empieza a dar motivos de esperanza. Las vacunas terapéuticas para curar el cáncer están en pleno desarrollo y una empresa francesa implicada en esta carrera confía en llegar a buen puerto. En los laboratorios de Estrasburgo de Transgene, los virus no tienen mala prensa, más bien al contrario. Los investigadores de esta firma de inmunoterapia los cuidan y desarrollan para que ataquen las células tumorales.

Su estrategia es transformar estos virus para producir antígenos tumorales que permitirían al sistema inmunitario activarse y producir la respuesta adecuada en pacientes de cáncer o bien en aquellos que se arriesguen a una recaída. Los vectores virales utilizados por Transgene son de una familia de la viruela de la vaca.

Se trata de alguna forma de un retorno a los orígenes: fue usando este virus que el médico británico británico Edward Jenner realizó la primera vacuna contra la viruela a finales del siglo XVIII. «Sabemos cómo modificarlo muy fácilmente y producirlo a una gran escala», explica Johann Foloppe, investigador de la farmacéutica.

 Prensa Libre | Guatemala

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