Estudiantes guatemaltecos crean nanochip y transforman conocimientos universitarios en innovación tecnológica

Dos estudiantes de la Unis diseñaron un nanochip funcional por solo US$150, marcando un hito en la industria tecnológica guatemalteca. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Tecnología

Estudiantes guatemaltecos crean nanochip y transforman conocimientos universitarios en innovación tecnológica

Lo que comenzó como una clase optativa se convirtió en un paso hacia la democratización de la industria de semiconductores en Guatemala.

Dos estudiantes de la Unis diseñaron un nanochip funcional por solo US$150, marcando un hito en la industria tecnológica guatemalteca. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Dos estudiantes de la Unis diseñaron un nanochip funcional por solo US$150, marcando un hito en la industria tecnológica guatemalteca. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)


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En un laboratorio de la Universidad del Istmo (Unis), dos estudiantes de la carrera de Ingeniería en Electrónica y Telecomunicaciones trabajan para impulsar a Guatemala en la industria tecnológica.

Diego Roberto García Godínez y María Fernanda Álvarez García lograron algo que parecía impensable: diseñar y fabricar un nanochip funcional por apenas US$150 y en pocos meses.

“Todo empezó desde un curso de libre configuración”, recuerda Diego, con una sonrisa que refleja tanto orgullo como asombro por lo logrado. “Empezamos con lo más básico, que sería arquitectura de computadoras, y posteriormente, en tercer año, vimos programación en hardware, para luego convertirlo en algo físico”.

Lo que comenzó como una clase optativa sobre arquitectura de computadoras se transformó en un proyecto que está “moviendo y catalizando esta industria en Guatemala”, según explica el ingeniero Víctor Vargas, quien dirigió a los estudiantes en esta aventura tecnológica.

María Fernanda describe el proceso como una evolución natural: “A partir de que en este curso recibimos los conocimientos más básicos para ir creciendo, fuimos invitados, en colaboración con el ingeniero, a involucrarnos directamente en este proyecto específico”.

El “Unis Nano”, como bautizaron, es un nanochip que mide apenas 160 por 100 micrómetros —equivalente al grosor de un cabello humano— y funciona como un chatbot basado en hardware. Al conectarse a una computadora, levanta una interfaz serial que permite al usuario interactuar con él mediante opciones numeradas, como si fuera un cajero automático digital.

Lo que inició como un curso optativo evolucionó en un proyecto que cataliza el desarrollo de la industria de semiconductores en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Democratización de una industria millonaria

El proyecto no solo representa un logro técnico, sino una demostración de cómo las herramientas de código abierto están democratizando una industria tradicionalmente reservada para gigantes tecnológicos.

“Cuando uno fabrica chips custom cuesta millones”, explica Vargas. “Afortunadamente, programas de fabricación compartida como TinyTapeout —la plataforma que ellos utilizan— aceleran y reducen costos, para que una persona pueda expeditar su diseño”.

Los estudiantes utilizaron herramientas de software libre y dicha plataforma, que, aunque se basa en tecnología de 2003, “ocupa aproximadamente el 45 % del mercado mundial” por ser “nodos de manufactura maduros y, al ser maduros, son económicos”, detalla Vargas.

El nanochip Unis Nano se conecta a una computadora y permite interacción mediante una interfaz serial, como un cajero automático digital. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Más allá del aula

Para María Fernanda, el proyecto trasciende lo académico. Su pasión por el tema se refleja cuando explica la importancia de los nanochips en la vida cotidiana: “Lo vemos en el día a día, pero simplemente tal vez no nos detenemos a pensar qué es lo que hace funcionar aquellos equipos y aquella tecnología que ya conocemos, desde los microprocesadores de nuestro celular”.

El chip que crearon es un ASIC (Circuito Integrado para Aplicaciones Específicas), diseñado para realizar una única función, a diferencia de una computadora, que puede ejecutar múltiples programas. “Este, por su naturaleza, fue creado para tener una tarea, y es ser un chatbot”, explica Vargas.

El éxito del Unis Nano es solo el comienzo. Los estudiantes y su profesor ya tienen ocho chips más en desarrollo, esperando ser fabricados para principios de 2026. Además, trabajan en el primer microcontrolador guatemalteco, un proyecto que promete posicionar al país no solo como exportador de materias primas, sino también de propiedad intelectual.

“Guatemala no solo va a exportar materia prima, no solo va a exportar café, sino que va a estar exportando IP”, visualiza Vargas con optimismo.

Nanochip diseñado por la Unis visto internamente. (Foto Prensa Libre: Cortesía Universidad del Itsmo)

Un modelo para replicar

La experiencia de la Unis no se queda dentro de sus muros. “Nosotros aquí, como parte de la Unis, estamos apoyando a las demás universidades para que desarrollen su primer chip”, revela Vargas, quien ve en la colaboración interuniversitaria el camino hacia un ecosistema tecnológico robusto.

En una era en la que la tecnología define el desarrollo de las naciones, estos jóvenes ingenieros han demostrado que Guatemala tiene el talento y la capacidad para escribir su propia historia en el mundo de los semiconductores.

Por su parte, Vargas espera que el resto de universidades del país contemple acercar este tipo de tecnologías a los alumnos más jóvenes. En la Unis, “este es un contenido que lo vemos desde tercer año; o sea, bajamos contenido que antes se daba en un posgrado a un pregrado”, explica.

Esto sienta las bases como recordatorio de que la innovación no conoce fronteras y que el futuro de la tecnología puede comenzar en cualquier aula universitaria, con estudiantes dispuestos a soñar en grande y trabajar para hacer realidad esos sueños.

 Lo que comenzó como una clase optativa se convirtió en un paso hacia la democratización de la industria de semiconductores en Guatemala.  

Tecnología

Estudiantes guatemaltecos crean nanochip y transforman conocimientos universitarios en innovación tecnológica

Lo que comenzó como una clase optativa se convirtió en un paso hacia la democratización de la industria de semiconductores en Guatemala.

Dos estudiantes de la Unis diseñaron un nanochip funcional por solo US$150, marcando un hito en la industria tecnológica guatemalteca. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Dos estudiantes de la Unis diseñaron un nanochip funcional por solo US$150, marcando un hito en la industria tecnológica guatemalteca. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

En un laboratorio de la Universidad del Istmo (Unis), dos estudiantes de la carrera de Ingeniería en Electrónica y Telecomunicaciones trabajan para impulsar a Guatemala en la industria tecnológica.

Diego Roberto García Godínez y María Fernanda Álvarez García lograron algo que parecía impensable: diseñar y fabricar un nanochip funcional por apenas US$150 y en pocos meses.

“Todo empezó desde un curso de libre configuración”, recuerda Diego, con una sonrisa que refleja tanto orgullo como asombro por lo logrado. “Empezamos con lo más básico, que sería arquitectura de computadoras, y posteriormente, en tercer año, vimos programación en hardware, para luego convertirlo en algo físico”.

Lo que comenzó como una clase optativa sobre arquitectura de computadoras se transformó en un proyecto que está “moviendo y catalizando esta industria en Guatemala”, según explica el ingeniero Víctor Vargas, quien dirigió a los estudiantes en esta aventura tecnológica.

María Fernanda describe el proceso como una evolución natural: “A partir de que en este curso recibimos los conocimientos más básicos para ir creciendo, fuimos invitados, en colaboración con el ingeniero, a involucrarnos directamente en este proyecto específico”.

El “Unis Nano”, como bautizaron, es un nanochip que mide apenas 160 por 100 micrómetros —equivalente al grosor de un cabello humano— y funciona como un chatbot basado en hardware. Al conectarse a una computadora, levanta una interfaz serial que permite al usuario interactuar con él mediante opciones numeradas, como si fuera un cajero automático digital.

Lo que inició como un curso optativo evolucionó en un proyecto que cataliza el desarrollo de la industria de semiconductores en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Democratización de una industria millonaria

El proyecto no solo representa un logro técnico, sino una demostración de cómo las herramientas de código abierto están democratizando una industria tradicionalmente reservada para gigantes tecnológicos.

“Cuando uno fabrica chips custom cuesta millones”, explica Vargas. “Afortunadamente, programas de fabricación compartida como TinyTapeout —la plataforma que ellos utilizan— aceleran y reducen costos, para que una persona pueda expeditar su diseño”.

Los estudiantes utilizaron herramientas de software libre y dicha plataforma, que, aunque se basa en tecnología de 2003, “ocupa aproximadamente el 45 % del mercado mundial” por ser “nodos de manufactura maduros y, al ser maduros, son económicos”, detalla Vargas.

El nanochip Unis Nano se conecta a una computadora y permite interacción mediante una interfaz serial, como un cajero automático digital. (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

Más allá del aula

Para María Fernanda, el proyecto trasciende lo académico. Su pasión por el tema se refleja cuando explica la importancia de los nanochips en la vida cotidiana: “Lo vemos en el día a día, pero simplemente tal vez no nos detenemos a pensar qué es lo que hace funcionar aquellos equipos y aquella tecnología que ya conocemos, desde los microprocesadores de nuestro celular”.

El chip que crearon es un ASIC (Circuito Integrado para Aplicaciones Específicas), diseñado para realizar una única función, a diferencia de una computadora, que puede ejecutar múltiples programas. “Este, por su naturaleza, fue creado para tener una tarea, y es ser un chatbot”, explica Vargas.

El éxito del Unis Nano es solo el comienzo. Los estudiantes y su profesor ya tienen ocho chips más en desarrollo, esperando ser fabricados para principios de 2026. Además, trabajan en el primer microcontrolador guatemalteco, un proyecto que promete posicionar al país no solo como exportador de materias primas, sino también de propiedad intelectual.

“Guatemala no solo va a exportar materia prima, no solo va a exportar café, sino que va a estar exportando IP”, visualiza Vargas con optimismo.

Nanochip diseñado por la Unis visto internamente. (Foto Prensa Libre: Cortesía Universidad del Itsmo)

Un modelo para replicar

La experiencia de la Unis no se queda dentro de sus muros. “Nosotros aquí, como parte de la Unis, estamos apoyando a las demás universidades para que desarrollen su primer chip”, revela Vargas, quien ve en la colaboración interuniversitaria el camino hacia un ecosistema tecnológico robusto.

En una era en la que la tecnología define el desarrollo de las naciones, estos jóvenes ingenieros han demostrado que Guatemala tiene el talento y la capacidad para escribir su propia historia en el mundo de los semiconductores.

Por su parte, Vargas espera que el resto de universidades del país contemple acercar este tipo de tecnologías a los alumnos más jóvenes. En la Unis, “este es un contenido que lo vemos desde tercer año; o sea, bajamos contenido que antes se daba en un posgrado a un pregrado”, explica.

Esto sienta las bases como recordatorio de que la innovación no conoce fronteras y que el futuro de la tecnología puede comenzar en cualquier aula universitaria, con estudiantes dispuestos a soñar en grande y trabajar para hacer realidad esos sueños.

ESCRITO POR:
Belinda S. Martínez
Periodista de Prensa Libre del área de bienestar y cultura.

ARCHIVADO EN:

 Prensa Libre | Vida

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