¿Por qué los carteles persiguen a las bandas regionales de México, como el Grupo Fugitivo?
La Fiscalía General de México indicó que, entre 2006 y 2015, más de cincuenta músicos de corridos mexicanos fueron víctimas de algún grupo organizado.
La banda mexicana se dedicaba a dar espectáculos en eventos sociales de Tamaulipas. (Foto Prensa Libre: Instagram @Grupo_Fugitivo)
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El pasado lunes 2 de junio, tres personas fueron detenidas en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, ubicada al norte de México, por ser las principales sospechosas de la muerte de cinco integrantes del Grupo Fugitivo, una banda de música regional mexicana que se caracterizaba por el uso de instrumentos de viento y percusión en sus conciertos.
Según la Fiscalía del Estado, los miembros de la agrupación musical fueron secuestrados el pasado domingo 25 de mayo mientras se dirigían a un concierto privado en una camioneta. Los músicos, posteriormente, fueron asesinados y sus cadáveres fueron encontrados durante la mañana del jueves 29 de mayo en la colonia Aquiles Serdán.
Las autoridades mexicanas señalaron rápidamente al Cártel del Golfo como la entidad responsable de este delito, tomando en consideración que el grupo criminal fue designado como una “organización terrorista extranjera” por el Departamento de Estado de EE. UU. en enero, tras la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca.
El Cártel del Golfo opera en Tamaulipas y, por esa razón, se especula que este no sería el primer caso en el que una banda mexicana se ve afectada por la violencia del crimen organizado en la nación norteamericana, debido a que, en 2014, 17 músicos fueron asesinados por el Cártel de Sinaloa como castigo por vincularse con sus rivales.
¿Por qué los carteles persiguen a las bandas?
Un día después de la desaparición de los integrantes del Grupo Fugitivo, Julio Eusebio Labra, el vocalista principal de Los Conquistadores de la Sierra, una banda regional de corridos mexicanos, también fue asesinado luego de presentarse en un evento social en el estado de Morelos. Sin embargo, hay casos mucho más conocidos en México.
En noviembre del 2006, Valentín Elizalde, conocido como el Gallo de Oro, fue un cantante mexicano que se especializó en el género de banda sinaloense y fue asesinado en Reynosa, Tamaulipas, al salir de una presentación. Asimismo, en el 2007, el vocalista del grupo K-Paz de la Sierra, Sergio Gómez, fue abatido en el estado de Michoacán.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República de México, entre 2006 y 2015, más de cincuenta músicos de corridos mexicanos fueron víctimas de algún grupo organizado, ya que “los cárteles les pagan a las bandas para componer e interpretar narcocorridos sobre ellos”, lo que crea una especie de lealtad con esas organizaciones.
Los narcocorridos, también conocidos como “las baladas de las drogas”, son un subgénero del corrido regional mexicano que narra historias sobre el narcotráfico, el crimen organizado y la vida de los narcotraficantes. Ante esta situación, al escribir una canción sobre algún líder, las bandas prácticamente se vuelven “exclusivas” de ese cártel.
En febrero, diversos medios mexicanos reportaron que una avioneta arrojó en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, una serie de panfletos con amenazas a más de veinte artistas e influencers por “acuerdos” con Los Chapitos, una de las células que lucha por el control del Cártel de Sinaloa, fundado por el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Entre los amenazados se encontraba el cantante y compositor mexicano Peso Pluma, quien se especializa en el género de los corridos tumbados y admitió haber escrito algunas canciones por encargo de narcotraficantes, por lo que varias regiones han prohibido la difusión de narcocorridos, lo que ha desatado disturbios en algunos estados.
La Fiscalía General de México indicó que, entre 2006 y 2015, más de cincuenta músicos de corridos mexicanos fueron víctimas de algún grupo organizado.
¿Por qué los carteles persiguen a las bandas regionales de México, como el Grupo Fugitivo?
La Fiscalía General de México indicó que, entre 2006 y 2015, más de cincuenta músicos de corridos mexicanos fueron víctimas de algún grupo organizado.
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17:59h
La banda mexicana se dedicaba a dar espectáculos en eventos sociales de Tamaulipas. (Foto Prensa Libre: Instagram @Grupo_Fugitivo)
El pasado lunes 2 de junio, tres personas fueron detenidas en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, ubicada al norte de México, por ser las principales sospechosas de la muerte de cinco integrantes del Grupo Fugitivo, una banda de música regional mexicana que se caracterizaba por el uso de instrumentos de viento y percusión en sus conciertos.
Según la Fiscalía del Estado, los miembros de la agrupación musical fueron secuestrados el pasado domingo 25 de mayo mientras se dirigían a un concierto privado en una camioneta. Los músicos, posteriormente, fueron asesinados y sus cadáveres fueron encontrados durante la mañana del jueves 29 de mayo en la colonia Aquiles Serdán.
Las autoridades mexicanas señalaron rápidamente al Cártel del Golfo como la entidad responsable de este delito, tomando en consideración que el grupo criminal fue designado como una “organización terrorista extranjera” por el Departamento de Estado de EE. UU. en enero, tras la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca.
El Cártel del Golfo opera en Tamaulipas y, por esa razón, se especula que este no sería el primer caso en el que una banda mexicana se ve afectada por la violencia del crimen organizado en la nación norteamericana, debido a que, en 2014, 17 músicos fueron asesinados por el Cártel de Sinaloa como castigo por vincularse con sus rivales.
¿Por qué los carteles persiguen a las bandas?
Un día después de la desaparición de los integrantes del Grupo Fugitivo, Julio Eusebio Labra, el vocalista principal de Los Conquistadores de la Sierra, una banda regional de corridos mexicanos, también fue asesinado luego de presentarse en un evento social en el estado de Morelos. Sin embargo, hay casos mucho más conocidos en México.
En noviembre del 2006, Valentín Elizalde, conocido como el Gallo de Oro, fue un cantante mexicano que se especializó en el género de banda sinaloense y fue asesinado en Reynosa, Tamaulipas, al salir de una presentación. Asimismo, en el 2007, el vocalista del grupo K-Paz de la Sierra, Sergio Gómez, fue abatido en el estado de Michoacán.
De acuerdo con la Fiscalía General de la República de México, entre 2006 y 2015, más de cincuenta músicos de corridos mexicanos fueron víctimas de algún grupo organizado, ya que “los cárteles les pagan a las bandas para componer e interpretar narcocorridos sobre ellos”, lo que crea una especie de lealtad con esas organizaciones.
Los narcocorridos, también conocidos como “las baladas de las drogas”, son un subgénero del corrido regional mexicano que narra historias sobre el narcotráfico, el crimen organizado y la vida de los narcotraficantes. Ante esta situación, al escribir una canción sobre algún líder, las bandas prácticamente se vuelven «exclusivas» de ese cártel.
En febrero, diversos medios mexicanos reportaron que una avioneta arrojó en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, una serie de panfletos con amenazas a más de veinte artistas e influencers por “acuerdos” con Los Chapitos, una de las células que lucha por el control del Cártel de Sinaloa, fundado por el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Entre los amenazados se encontraba el cantante y compositor mexicano Peso Pluma, quien se especializa en el género de los corridos tumbados y admitió haber escrito algunas canciones por encargo de narcotraficantes, por lo que varias regiones han prohibido la difusión de narcocorridos, lo que ha desatado disturbios en algunos estados.
ESCRITO POR:
Emilio Dávila
Periodista de Prensa Libre especializado en tendencias internacionales y deportes con 2 años de experiencia.
ARCHIVADO EN:
Prensa Libre | Internacional
