Quiero que me des like

<p class=»ue-c-article__paragraph»>Eliges la mejor foto: casual pero bonita. Ese selfi donde sales genial, pero <strong>no demasiado impostado</strong>… Es el momento perfecto para compartir. Hora punta, todos tus amigos haciendo <i>scroll </i>infinito tras otro día agotador. Sólo queda <strong>esperar al primer </strong><i><strong>like</strong>. </i>De las íntimas que siempre están ahí. Del chico que te gusta. De ese par de <i>instamigos </i>molones cuya opinión valoras…</p>

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 Qué placer nos produce un «me gusta». Todo está en la biología evolutiva, así que es mejor no sentirse mal por ello… aunque tampoco tomarse las redes demasiado en serio  

Eliges la mejor foto: casual pero bonita. Ese selfi donde sales genial, pero no demasiado impostado… Es el momento perfecto para compartir. Hora punta, todos tus amigos haciendo scroll infinito tras otro día agotador. Sólo queda esperar al primer like. De las íntimas que siempre están ahí. Del chico que te gusta. De ese par de instamigos molones cuya opinión valoras…

Empieza a zumbar el teléfono. Like, like, like. Empieza a zumbar la cabeza. Se activan las áreas de tu cerebro implicadas en la cognición social, la recompensa, la motivación. Lo descubrieron unos científicos estudiando a decenas de adolescentes mientras usaban Instagram (ahora lo sabemos: ellos son los más vulnerables). Lo más sorprendente fue la reacción a las imágenes populares de los demás: también activaban su cerebro.

Todo tiene una explicación, así que no te sientas mal mientras esperas el like. Millones de años de evolución te han llevado hasta aquí. «El botón de ‘me gusta’ se construyó sobre los cimientos de la biología evolutiva«, exponían hace un mes en el Wall Street Journal los autores del libro Like: el botón que cambió el mundo.

Las fortalezas que permitieron sobrevivir a los primeros homínidos –imitando aciertos y evitando errores– guían hoy nuestros likes. «Los humanos tendemos a acercarnos a lo que nos resulta familiar, confiamos en que sus experiencias serán relevantes». Y no olvidemos la importancia del líder: «La forma en que nos organizamos socialmente se basa en quién es percibido como la persona de la que más se puede aprender«.

Algo de esto hay en las fotografías que más likes reciben: buscamos al líder, pero también lo similar. Tenemos a Messi y a Cristiano haciendo cosas, celebrando cosas, pero también hay bebés (muchos bebés), amor y fotos de lo más mundano. Ahí están el piececito de baby Bieber, Zendaya felicitando a su novio, Selena Gomez con un cóctel, Billie Eilish con nuevo color de pelo…

Al final, son como las imágenes que subimos todos.

En los años 60, Francisco Umbral construyó con mimo su personaje. Lo vemos en Anatomía de un Dandy (Filmin). Su abrigo. Su cuello de astracán. Su bufanda. «Hacerse una imagen porque si no, te la hacen». Hoy todos inventamos nuestro propio personaje. La foodie, el disfrutón, la adicta a la moda, el fan del crossfit… Sólo mostramos esa cara que encaja con el relato. Igual que no debes sentirte mal por disfrutar de algún que otro like, debes tener presente que eso que ves es una mascarada. Tampoco en la vida real vamos contando nuestras miserias a los desconocidos.

 Cultura

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