«Gracias a Dios, todo salió bien», estas fueron las palabras de una madre que estaba preocupada por la cita de su hijo en la ciudad de San Diego, California, con las autoridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), la agencia encargada de hacer cumplir las leyes de migración en Estados Unidos.

Sin embargo, de acuerdo con la madre del inmigrante indocumentado, todo salió aún mejor debido a la presencia de un grupo de obispos y sacerdotes que tomó la decisión de acompañar a varias personas en situación irregular hasta el edificio federal ubicado en San Diego, donde se encontraban decenas de agentes migratorios de ICE.

Conforme a lo expuesto por la cadena de televisión estadounidense Telemundo, al llegar a las instalaciones federales, los sacerdotes y obispos se toparon con un grupo de oficiales de migración con el rostro cubierto. «Estaban esperando en los pasillos donde los migrantes indocumentados acuden a sus audiencias en la corte«, añadió el medio.

«Cuando nosotros salimos, después de 15 o 20 minutos, los agentes de ICE ya no estaban. Como que nuestra presencia, se puede decir, los intimidó. Es por eso que se fueron», aseguró Felipe Pulido, obispo auxiliar de la diócesis de San Diego, quien no quiso correr riesgos y siguió acompañando a los inmigrantes durante todo el proceso.

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«Me hicieron sentir fuerte. Cuando llegué al edificio y todos los sacerdotes comenzaron a hablar conmigo en la entrada, me sentí más segura y jamás pensé que adentro de la corte también estarían los agentes de ICE para intentar capturarnos», afirmó Alicia, una de las inmigrantes indocumentadas que acudió a su cita con las autoridades.

Según el obispo Felipe Pulido, la visita al edificio federal en la ciudad de San Diego, California, se dio luego de una misa que se realizó durante la mañana del pasado viernes 20 de junio, dirigida por Michael Pham, un prelado católico nacido en Vietnam que se convirtió en el primer obispo nombrado en Estados Unidos bajo el papa León XIV.

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«La presencia de los líderes religiosos hace una gran diferencia en cómo los inmigrantes son tratados por las autoridades en los Estados Unidos», aseguró Pham, quien fue nombrado obispo de San Diego en mayo del 2025 y cuya familia emigró a la nación norteamericana en diciembre de 1981 y se instaló en la ciudad de Blue Earth, Minnesota.

«Gracias a Dios, ellos están acompañando a los migrantes en las cortes y están velando por nosotros, los indocumentados. La Iglesia católica de los Estados Unidos está marcando la pauta para combatir silenciosamente las políticas migratorias del presidente Trump, bajo el papa León XIV», indicó una latinoamericana que no dio su nombre.

«Estamos pidiendo que se detenga esta situación. Si el gobierno estadounidense lo quiere o no lo quiere escuchar, eso ya es problema de ellos», agregó el segundo obispo auxiliar en la diócesis de San Diego, Ramón Bejarano, quien asegura que nunca ha ocultado sus desacuerdos con las ideas del mandatario republicano de Estados Unidos.

«El presidente Donald Trump se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás», añadió Bejarano, a quien le parece una coincidencia extraordinaria que el primer papa estadounidense llegara justo en el momento en que Estados Unidos, bajo el magnate neoyorquino, ataca a todos los indocumentados.